La planificación urbana verde no solo transforma visualmente las ciudades, sino que también genera impactos económicos significativos. Al integrar prácticas ecológicas en el diseño de los entornos urbanos, surgen oportunidades para mejorar la calidad de vida, impulsar la economía y reducir costos a largo plazo. Explorando sus efectos en distintos ámbitos, es evidente que los beneficios trascienden lo ambiental, aportando rentabilidad y eficiencia a los municipios y sus habitantes.